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NOTICIA

HAZAÑA DOMÉSTICA

Noticia del 19/10/1998 - EL CORREO ESPAÑOL

Dos guipuzcoanos culminaron ayer una prueba de resistencia de 100 horas nadando a relevos en La Concha.

Para esta aventura no han tenido que salir de casa. Iñaki y Carlos Peña, dos hermanos de Tolosa conocidos por sus hazañas en aguas de diferentes ríos y mares del mundo, eligieron el bellísimo escenario de la bahía de La Concha para afrontar su último reto: nadar a relevos, de espaldas, durante cien horas ininterrumpidas. La aventura comenzó a las tres de la tarde del miércoles y concluyó a las siete de la tarde de ayer, cuando llegaron al muelle, donde miles de personas aguardaban para vitorearles por su proeza.

En esas cien horas los dos hermanos, que se han turnado cada cuatro horas en el agua, han recorrido unos 260 kilómetros y han establecido una marca que, confían, figurará en el Libro Guinness. No ha sido la primera conseguida por estos dos “locos” de la natación, picados desde hace diez años por el gusanillo de una rarísima afición. Tan rara que creen ser sus únicos representantes en el mundo. Carlos ha atravesado el lago escocés de Ness, el de Titicaca en Perú-Bolivia, el Estrecho de Gibraltar y ha descendido durante diecisiete eternos días, por los ríos Sil-Miño.

Una gran resistencia física y mental ganada a lo largo de todas estas batallas, una dieta adecuada y casi año y medio de entrenamiento diario son los cimientos sobre los que los dos nadadores han consumado su hazaña. “Ha sido una prueba más psicológica que física, de resistencia mental, en la que no superamos las 150 pulsaciones”, explica Carlos Peña, de 33 años, exatleta y monitor de natación y socorrista acuático que, como su hermano, ha perdido alrededor de tres, cuatro kilos desde el miércoles.

El primer relevo corrió a cargo de su hermano Iñaki, de 29 años. El termómetro marcaba 14 grados centígrados cuando se zambulló en el mar, provisto de un traje de neopreno y aletas. Iñaki nadó relajadamente y paró apenas un minuto cada media hora para tomar algo de líquido, un poco de glucosa y unas galletas, alimentos suministrados por el personal de asistencia, que seguía a los nadadores en una barca. Cuando era relevado por su hermano Carlos, Iñaki aprovechaba las cuatro horas de descanso para dormir, comer, recibir masajes y curarse las heridas causadas por el roce del traje de neopreno.

El cielo se repitió inalterable hasta ayer, diez minutos antes de que Iñaki completara el último relevo, Carlos se zambulló en el mar para acercarse junto a su hermano al muelle donostiarra, donde les esperaba una Zodiac en la que los dos descorcharon unas botellas de cava. Después, se lanzaron de nuevo al agua y ya, en medio de la atronadora ovación de miles de personas, pisaron tierra. “Mi próximo es descansar 100 horas” bromeó Iñaki Peña.

El doctor Iñaki Arratibel, preparador del ciclista Abraham Olano, ha sido el encargado de realizar el seguimiento físico de ambos hermanos, que basan su alimentación en una dieta compuesta por hidratos de carbono, vitaminas y minerales, y que ocupan buena parte de su tiempo en prepararse para superar retos cada vez más osados.

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