logo
face twitter instagram blog

NOTICIA

LOS HERMANOS PEÑA INTENTARÁN RECORREN NADANDO A ESPALDA LA DISTANCIA DE LOS RÍO SIL-MIÑO (400 KILÓMETROS)

Noticia del 01/08/1991 - DIARIO DE NAVARRA

Quieren batir su propio récord establecido el año pasado en 340 kilómetros. Carlos e Iñaki esperan que su proeza se reconozca en el Guinnes.

Los hermanos Peña, Carlos e Iñaki intentaran a partir de hoy a lo largo de 17 jornadas superar su hazaña del año pasado y aumentar su actual récord mundial al bajar nadando a espalda el río Sil y Miño hasta que éste vierte sus aguas en el Océano. En total son 400 kilómetros, sesenta kilómetros más que su anterior récord. Además, intentarán que su marca sea reconocida por el libro de los records Guinnes, “ya que sabemos que somos los únicos deportistas que han logrado nadar esta distancia en la modalidad espalda, aunque según nos comentaron los propios responsables del Guinnes, tan sólo se reconocen y homologan los records establecidos en la modalidad de crol, aunque nosotros creamos que porque no haya ningún récord establecido nadando a espalda no se puede hacer esto, y alguno tiene que ser el primero. Nosotros vamos a seguir intentándolo”.

¿Aventurero o deporte?

Cuando los hermanos Peña comenzaron a realizar este tipo de hazañas, sus familiares y amigos consideraban que estaban locos, “aunque nosotros no pensamos que esto sea una locura, sino más bien una aventura que entraña ciertos riesgos” .Tanto Carlos como Iñaki son dos deportistas aficionados a todo tipo de deporte que comporta cierto riesgo. “Además de natación y submarinismo, hemos practicado el puenting, rappel… y otros deportes que la gente considera arriesgados. También nos encanta entrar en cuevas en las que no sabes lo que vas a encontrar y adentrarnos en la montaña”.

La verdadera razón de este nuevo intento de batir su propio récord, no es otra que la superación que tienen estos deportistas de Tolosa, “porque no se sabe donde puedes estar el límite del cuerpo humano, y a nosotros nos gusta superarnos cada vez un más. Esa es nuestra única meta y lo único que nos importa, más que aparecer en el Guinnes. Creo que hay otros muchos deportes que también se podrían definir como locura, correr con una motor a kilómetros por hora, ponerse delante de un toro, las carreras de coches…la única diferencia que existe entre estos deportistas y nosotros es que ellos cobran muchos dinero por hacer esto, mientras que nosotros nos lo pagamos todo y perdemos dinero. Lo hacemos por amor al arte, no por dinero ni nada de eso, porque cono ya te he dicho, cuando preparamos la expedición siempre perdemos dinero, ya que son muy pocas las personas que se interesan por este tipo de actividades”.

Esta falta de apoyo por parte de los gobiernos y ayuntamientos, es una de las facetas que más preocupan a los hermanos Peña “porque es una pena la poca atención que recibimos de los altos estamentos. Nos gustaría que la gente se animara un poco más a colaborar en este tipo de expediciones, porque preparar una travesía de este tipo cuesta mucho dinero en provisiones, alojamiento, equipos, desplazamientos… que tenemos que pagar íntegramente entre las personas que formamos el equipo. El Gobierno de Navarra nos ha dicho que hay unas ayudas extraordinarias para este tipo de proyectos pero cuando acabemos, y a nosotros lo que nos interesa es ahora, aunque está mal que se acuerdan algo de nosotros”.

Ventajas e inconvenientes

La peculiaridad de la aventura de estos dos jóvenes de Tolosa, radica en el estilo de natación con que realizan sus recorridos, a espalda.

Carlos Peña explicaba que la razón de nadar a espalda es “porque es un sentido mucho más cómodo para nadar las distancias que nosotros recorremos cada día”. Pero Carlos reconocía también que esta modalidad tiene muchos inconvenientes. “En primer lugar, el ritmo lugar, el ritmo es mucho más lento, unos dos kilómetros a la hora. Además, al estar todo el rato tumbados de cara al sol se te quema la cara. Por otro lado están las rozaduras que te produce el traje al final de cada jornada. Los trajes que utilizamos son de neopreno de cinco y siete milímetros, como los de los submarinistas pero la diferencia es que ellos no tienen que realizar movimientos demasiado bruscos de una forma continuada, mientras que nosotros sí y eso nos produce las rozaduras”.

A pesar de todo el principal problema al que se enfrentan “es la monotonía, puesto que pasamos entre diez y doce horas en el agua, y a veces se te hace muy duro. Por supuesto que tienes momentos de debilidad en los que te quedas parado durante un rato, pero nunca hemos pensado en abandonar a lo largo de la travesía. Para la expedición Sil-Miño 91, saben que las principales problemas que van a tener en el recorrido son dos embalses, ya que tenemos 11 a lo largo de toso el recorrido”.

Miedo no, respeto sí

Carlos Peña sabe que cada vez que realizan una expedición de este tipo “nos jugamos mucho porque puedes acabar con secuelas muy importantes en el cuerpo. De cualquier manera, nosotros no tenemos miedo, porque si no no lo haríamos, pero si mucho respeto, porque el río es muy traicionero y no sabes lo que te puedes encontrar cada cien metros que nadas. Somos conscientes de lo que hacemos, sabemos lo que nos jugamos y por eso no preparamos a consecuencia, porque si no lo haces pueden surgir muchos problemas”.

Además de Carlos e Iñaki, tres personas más lo que les pedimos. El principal problema suele ser la posible deshidratación que sufrimos por calor y por pesar tantas horas en el agua. Ellos nos dan el agua que necesitamos y seguimos nuestro camino. Los peores momentos, como ya he señalado los pasamos en los embalses, donde ellos no pueden llegar y tenemos que pasarlos nosotros solos”.

La función de sus acompañantes es también una labor de apoyo moral cuando terminan cada jornada. Además, estos jóvenes colaboran desinteresadamente en pagar los gastos de la expedición y que en esta ocasión ascienden a algo más de 600.000.

<< volver

© Copyright 2010 Carlos Peña | Inicio | Contacto | Mapa del Sitio |