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NOTICIA

UNA INAUGURACIÓN DE GUINNESS

Noticia del 25/09/2005 - EL MUNDO

Carlos Peña intenta un récord al nadar durante 24 horas de manera ininterrumpida en el estreno del polideportivo de Tolosa.

24 horas nadando de espaldas ininterrumpidamente en una piscina cubierta. Es el récord Guinness que, desde el mediodía de ayer, el tolosarra Carlos Peña trata de batir en las instalaciones del nuevo polideportivo Usabal de su pueblo natal. Después de haber forjado su leyenda de incansable nadador en lejanos parajes como los lagos Ness y Titikaka, este “superhombre” ha elegido su tierra como el escenario adecuado para la última de sus proezas. Un regalo dedicado a un centro que celebró ayer su inauguración oficial.

En Tolosa, la noticia de este fin de semana era, a priori, la ceremonia de apertura del complejo Usabal. Sin embargo, ha sido la “machada” de Peña lo que ha acaparado la atención de sus paisanos. Y es que, de triunfar, el tolosarra habrá nadado alrededor de 50 kilómetros y obtendrá un récord en un campo en el que se ha registrado ningún récord.

Su desafío apartó ayer a un segundo plano el acto de inauguración de Usabal, en el que participaron diversas personalidades políticas como el diputado general de Gipuzkoa, Joxe Joan González de Txabarri y cuyo protagonismo se fue diluyendo progresivamente conforme se acercaba “la hora H”. Las 12 del día 24 de septiembre de 2005. El momento en el que el auténtico personaje estrella del día salía a escena dispuesto a escribir su nombre y el de su pueblo en el Libro Guinness de los Récords.

Ataviado con un traje de neopreno más fino de los que acostumbra a usar y dos aletas, el nadador afrontaba su primer reto en una piscina cubierta. Finalmente, pasadas las 12, daba las primeras brazadas en medio de una gran ovación del público.

Apoyos en el agua

Algunos tolosarras, no contentos con apoyar al valiente nadador desde la grada, se pondrías después el bañador para nadar junto a Peña en 7 de las 10 calles de la piscina.

Uno de los aspectos más duros del reto es la imposibilidad de Peña de abandonar la piscina durante las 24 horas que dura la prueba, ni siquiera para cumplir con las necesidades básicas. Así, el nadador se hidrata y come una dosis de alimentos sólidos y líquidos cada horas que pasa. Para ello, es ayudado por su equipo, compuesto por tres amigos, y un grupo de voluntarios. Su labor es fundamental para el éxito de la prueba, ya que su ayuda no se limita a proporcionarle comida y alimentos. Una tarea vital consiste en distraer a Peña.

Aburrimiento

“Se le va hablando e intentando que se le haga más ameno”, explicó Koldo Rabadán, uno de los integrantes de su equipo. Y es que, según palabras de el propio nadador, el aburrimiento podía ser uno de sus peores enemigos de este prueba. El entorno, muy diferente al que suele rodear al resto de sus ejercicios, puede llegar a hacer de la prueba un tiempo muy aburrido.

Sin embargo, el bullicio y jolgorio que inundaron el lugar la mañana de ayer se podían convertir en un arma de doble filo. “La noche le vendrá bien, porque habrá más tranquilidad”, aseguraba Rabadán. El programa preveía que entre las 7 y las 12 horas de hoy, se encontrase “menos arropado”. Un hecho que Rabadán no consideró grave, puesto que, en vísperas de la prueba, Peña se encontraba “pletórico” psicológicamente. Pero el aspecto mental no lo es todo y, en lo que respecta a lo físico, amenazas de distinto tipo se cernían sobre el nadador antes de iniciarse el desafío.

Los problemas musculares y digestivos son dos de las sombras que planean siempre sobre este tipo de retos. “ Al estar tantas horas en el agua, el estómago puede sufrir alteraciones y puede aparecer la fatiga”, explico Rabadán. Un peligro que ha hecho necesario un control médico constante sobre la evolución de Peña. El doctor Iñaki Arratibel, que le acompaña en sus desplazamientos, controla “la temperatura corporal y la frecuencia cardiaca” cada 30 minutos.

Pese a todo, es innegable que Peña se ha enfrentado antes a escollos más duros. En su prolífica carrera de retos cumplidos, se encuentran hazañas como nadar 927 kilómetros por el río Ebro, los 220 kilómetros de Titikaka, el lago Grey y el lago Maracaibo. En un futuro lejano, sus miras están puestas en cruzar el lago japonés de Biwa.

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