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NUEVA GESTA DE CARLOS PEÑA EN VENEZUELA

Noticia del 10/06/2002 - DIARIO DE NOTICIAS

El currículum deportivo de Carlos Peña cuenta con una nueva gesta más. Este deportista afincado en Lodosa acaba de cruzar a nado los 204 kilómetros del venezolano lago de Maracaibo. Peña ha tenido un feliz regreso tanto por su éxito deportivo como por el exquisito trato recibido. Peña ha necesitado nueve días para completar su hazaña, que despertó gran interés entre los vecinos de los pueblos de la zona.

Carlos Peña González de Uriarte, de 36 años y vecino de Lodosa, aunque natural de Tolosa (Guipúzcoa), regresó el pasado viernes hasta la localidad ribera con un nuevo reto a sumar a su currículum deportivo: cruzar a nado los 204 kilómetros del lago Maracaibo, en Venezuela, de Norte a Sur. Nueve han sido los días que ha necesitado Peña para cumplir este reto, siendo el calor, 40º C, y la enorme humedad entre el 80 y el 90%, los factores que más han dificultado su travesía.

El pasado 18 de mayo fue cuando el nadador inició esta nueva aventura, tomando la salida desde la Isla San Carlos para finalizar, nueve días más tarde, en Congo Mirador. “Aunque ha sido una de las travesías más difíciles que ha realizado, el tratamiento que he recibido por parte de las distintas instituciones, así como los vecinos de cada uno de los pueblos por los que he atravesado, ha sido increíble”, comentó Peña, quien señaló que el primer día estuvo mareado y vomitando, mientras más tarde fueron problemas gástricos y una diarrea que le hizo que pudiera peligrar la conclusión de la travesía.

Y es que este tolosarra ha sido acogido por los venezolanos como un héroe: “Todos los días, cuando terminaba mi trayecto, me esperaban numerosas personas, quienes se acercaban a mí solicitándome un autógrafo o que me

fotografiara junto a ellas; lo poco que tenían me lo ofrecían”, recuerda Peña, quien comenta, igualmente, que había recibido diversos reconocimientos a su labor por parte del gobernador del Estado de Zulia, del alcalde de Maracaibo y de varios vecinos, entre otros.

UN DÍA CUALQUIERA

Para este nadador la jornada comenzaba a las cinco de la mañana. “Después de desayunar, los guardacostas me trasladaban hasta el punto en el que el día anterior habíamos concluido la travesía, a la que ponía fin a las dos, tres de la tarde aproximadamente, explicó Peña, quien comentó que cada media hora tomaba medio litro de agua, “Y cada hora, además de agua una barrita energética”, añadió. Sin embargo, en el lugar en el que finalizaba su trayecto diario debía de esperar dos horas, aproximadamente, ya que la llegada estaba prevista a las cuatro. “Entonces, me volvía a meter en el agua y hacía como que llegaba en ese momento, pues estaban esperando numerosas personas”, destaca. A las 21:00 horas, y después de cenar, Peña finalizaba su jornada diaria. “Durante el tiempo que estaba nadando, mi masajista, el lodosano Jesús Remírez Irisarri, y el coordinador de aventura, el pamplonés Joki Orce Urteaga, además de un médico y varios guardacostas, me acompañaban en una embarcación, precisa Peña.

Sin embargo, cuando el pasado 9 de mayo el tolosarra, junto a sus compañeros, llegó a Venezuela no imaginó que realizara la citada travesía de esta forma. “Nosotros íbamos con la idea de alquilar una embarcación y hacerlo sin ayuda de ninguna institución o entidades privadas. Incluso íbamos cargados con tiendas de campaña y sacos de dormir para acampar por la zona cercana al lago”, explica el nadador, quien tras conseguir, a través del Instituto Vasco-Venezolano de Cooperación, el permiso por parte del gobernador del Estado para cruzar el lago de Maracaibo, “se nos abrieron todas las puertas, dijo. De esta forma, Peña recibió la ayuda de numerosas instituciones públicas y privadas, como de los ayuntamientos de los municipios en los que finalizó su travesía diaria, del Club Náutico, del Protección Civil, y del Departamento de Ciencias Aplicadas al Deporte, entre otras.

“Lo que ha hecho posible que haya recibido esta atención ha sido que la hazaña se ha proyectado como algo político”, aseguró el tolosarra, quien señaló que fue testigo de la situación que actualmente vive el país: “Los últimos días de travesía, y con el objetivo de preservar nuestra vida, los guardacostas iban armados, ya que la guerrilla colombiana podía entrar, como era habitual, en la zona, donde, además, había piratas en el lago.

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