Llevaban trajes especiales para aguantar el frío
Los cinco componentes de la Expedición Ebro concluyeron con éxito el trayecto a nado entre Logroño y Zaragoza, una distancia de alrededor de 180 y 200 kilómetros realizada entre los pasados 26 al 31 de diciembre. Cabe reseñar que Iñaki Peña, uno de los nadadores no cubrió dos etapas por problemas físicos. En la expedición no participaron dos de los componentes de apoyo previstos, Jesús Escrich y Javier Armendáriz, por desacuerdo en los días anteriores a la salida. Así la expedición la formaron 5 tolosanos, los hermanos Carlos e Iñaki Peña; como nadadores y Luis Peña, padre de los mismos que condujo una Sean Trans de apoyo. Completaron la expedición Jesús Fariña y Piti Garmendia con dos bicicletas de monte.
Según relata Carlos Peña las salidas de las etapas se llevaron a cabo a las 08:30 de la mañana, aunque estaban previstas para las 08:00, pero la oscuridad lo impidió. Uno de los problemas más importantes fue el frío en las manos y los pies. “Actualmente –señala el expedicionario- tengo dos tirones en los hombros del esfuerzo y he adelgazado 7 kilogramos, mientras que mi hermano 4”.
LAS ETAPAS
La primera etapa con salida en el puente de Logroño y llegada al mirador del Medianil en Lodosa la cubrieron desde 08:30 a 17:00 de la tarde. Carlos Peña manifestó que fue la más peligrosa, por los rápidos en la zona Logroño-Recajo. En cuanto al vehículo, se atascó a causa del barro y una de las bicicletas conducida por Jesús Fariña rompió el cambio en una caída y con ello también un walkie-talkie, por lo que a lo largo de la expedición carecieron de un enlace y una bicicleta. Al final del trayecto y llegando a Lodosa, Iñaki sufrió calambres en las piernas, “En las zonas rápidas tuvimos golpes contra rocas y consecuentemente hematomas. También en esta etapa encontramos varias presas que por peligrosidad nos vimos obligados a salir del agua y andar esos tramos”.
La Segunda etapa del puente de Lodosa al puente de Rincón de Soto con el mismo horario, estuvo marcada por las piscinas de las presas que provocan una retención de agua y un esfuerzo físico notable. La tercera etapa entre Rincón de Soto y Tudela nos costó media hora más, ya que la retención de agua de una presas que abarca 10 kilómetros hizo más costoso el recorrido. “Un problema serio –sigue explicando Carlos Peña- ocurrió esa noche en un hostal de Tudela donde por el alboroto de gentes que allí cenaban no pudimos conciliar el sueño hasta las 3 de la madrugada y nos levantamos a las 6 de la mañana. Como resultado mi hermano se levantó con fiebre y vomitando y yo tan solo desayuné una manzanilla”.
Las dos etapas restantes entre Tudela - Gallur, y entre Gallur - Alagón, las hice solo a nado concluyendo a las 17:30 ambas. Mi hermano se incorporó en la sexta y última etapa entre Alagón y Zaragoza, donde llegamos al Club Helios a las 17:30 de la tarde tras cubrirla con mucha más tranquilidad. Como anécdota, el expedicionario señaló que para reponer fuerzas se comunicaban con el ciclista de apoyo a través de un silbato y por parte agradecen a todas las empresas colaboradoras y en especial a Seat Alai de Tolosa su colaboración, ya que la expedición costó 200.000 Pesetas y 130.000 las cedieron empresas y comercios.
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