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NOTICIA

CARLOS PEÑA SUFRIÓ MÁS QUE NUNCA,
PERO CRUZO EL ESTRECHO DE GIBRALTAR

Noticia del 30/09/1994 - EL DIARIO VASCO

Primera persona que cubre la distancia a espalda.

El tolosarra Carlos Peña sufrió más que nunca, pero lo consiguió. Se ha convertido en la primera persona que nada la distancia del Estrecho de Gibraltar a la modalidad de espalda, aunque para ello tuvo que efectuar dos intentos que casi le cuestan demasiado caro.

Carlos había afrontado retos mayores en distancia, pero no tan difíciles como éste. “El Estrecho es otra cosa. El viento, las corrientes, las exigencias burocráticas, todo ha sido muy difícil, pero al final lo he conseguido”, señalaba ayer con satisfacción.

El primer intento se produjo el pasado sábado. Peña salió a las 06:15 horas de la mañana, desde Tarifa, acompañado por dos embarcaciones de la Cruz Roja. “Salimos cuando el mar estaba “bajando”. Primero una “vaciante” y después un fuerte viento en contra me impidió seguir el rumbo trazado. La corriente en contra era de tres nudos. Estuve cinco horas nadando, sin poderme parar por las corrientes, devolviendo por los tragos de agua salada. Tarifa Trafico, me obligo a salir del agua, ya que las fuertes corrientes me sacaron fuera de la ruta establecida, y ya era imposible corregir, y me estaba arrastrando dirección Marbella.

El aventurero tolosarra había nadado 15 millas a contracorriente, casi nada, estábamos más cerca de Marbella, que de Marruecos.

NUEVO INTENTO

Tras dos días de recuperación, el pasado lunes se echó a la mar desde la isla de Tarifa y consiguió por fin vencer al Estrecho.

El lunes, 26 de septiembre, Carlos Peña lo intentó de nuevo. Salió a las 12:30 del mediodía, desde Tarifa. Ese día, las condiciones eran mejores. Pudo pararse a comer con frecuencia y no se desvió del rumbo establecido aunque también nadó a contracorriente.

KILÓMETROS MUY LARGOS

Sufrió mucho los últimos kilómetros. “Nunca había nadado a espalda por el mar. Los tragos son continuos y el agua salada me provoca vómitos. Además, el viento en contra y las corrientes mermaron mis fuerzas”.

Tras siete horas y ocho minutos nadando, llegó a El Galuli (Marruecos). Atrás quedaban los más de 14 kilómetros (ya que se nadaba en diagonal dirección Tánger) más largos de su vida. “Ha resultado mucho más complicado de lo que pensaba”, se sinceraba ayer.


El Estrecho es una zona de mucha pesca y tráfico marítimo. A Peña le impresionaba, por ejemplo, nadar entre delfines y ballenas piloto. “Impactaba un poco”, confiesa, al tiempo que agradece la colaboración de Tarifa Trafico, Cruz Roja de Tarifa y Algeciras.

Ahora, se va a tomar un merecido descanso. Pero ya piensa en nuevas aventuras para el próximo año.

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