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"CUANTA MENOS AGUA HAY, MENOS FLOTAS; EN EL CANAL HE ESTADO MUCHO RATO NADANDO CON SÓLO UN METRO DE AGUA"

Noticia del 01/09/2009 - DIARIO DE NOTICIAS DE GIPUZKOA

130 kilómetros en tres días. Sin ayuda de corrientes, casi sin flotar y rodeado de algas que se enredan en los pies. El nadador tolosarra Carlos Peña ha cumplido el reto y ha completado en tres largas jornadas la distancia que separa Alar del Rey (Palencia) de Valladolid por el Canal de Castilla.

El tolosarra lleva 20 años nadando y se ha planteado ya unos cuantos retos por diversas causas, casi siempre relacionadas con la ecología o la paz. Esta vez, a sus 44 años, quería lograr 130 nuevos socios (uno por kilómetro recorrido) para la Fundación Josep Carreras, sensibilizar acerca de la leucemia y ganar apoyos para lograr que por fin sea 100% curable. La fundación todavía no ha contabilizado las nuevas incorporaciones (lo hará a lo largo de la semana), pero ayer se mostraban más que satisfechos tanto porque Peña cumpliera su misión como por la respuesta de la gente, que ha estado llamando todo el fin de semana. El nadador, por su parte, dejó ayer Valladolid y paró a descansar unos días en Lodosa (Navarra), con su familia.

¿Cómo se encuentra una vez superado este nuevo reto?

Ha sido duro. No podía ser de otra manera, eran entre 43 y 45 kilómetros diarios. Sobre todo fue duro el primer tramo, había muchas esclusas (compartimentos con puertas del canal) que impedían el paso, por lo que había que salirse y volver a entrar, y ahí se pierde mucho tiempo porque, además, hay gente que quiere aprovechar esos ratos para estar contigo. Y por las mañanas y por las noches hacía mucho frío, la gente iba con ropa de abrigo.

¿Los cambios de temperatura fueron una dificultad añadida?

Sí. Aunque ya me habían dicho que sobre todo en Palencia iba a hacer calor y frío. Además, ayer por el domingo hubo algún problema más porque en el recorrido había muchas algas y cuando nadas te enredas con ellas. Eso te retrasa muchísimo y nos causó más problemas de la cuenta. Mi compañero, Jesús Ramírez, que iba por tierra, había momentos en los que no me veía.

¿Por qué iba por tierra?

Optamos por no llevar una piragua por el canal porque eso podía dificultar más lamarcha. En muchos casos igual le tenía que ayudar yo desde el agua y, si además de la paliza, tenía que portearla yo... Por eso decidimos que iría en una bici de montaña. El camino por el que iba y el canal van paralelos, pero hay zonas de mucha vegetación y por eso no me veía, se guiaba por el ruido que metía nadando para darme de comer.


¿La jornada más dura fue la última?

Sí, claro, se acumulan los días, el cansancio... y era la más larga. Los días anteriores no era sólo llegar e ir al hotel, había que esperar a que llegaran los compañeros en coche, había gente que quería estar contigo, fotos... Acababa cenando a las once de la noche cuando me tenía que levantar a las ocho de la mañana. Se alargan los días.

¿Además del cansancio, ha tenido problemas físicos?

Hoy (por ayer) no me molesta tanto, pero el segundo día me dolía muchísimo un brazo, y el domingo me dolía un hombro, pero ahora, de momento, no me duele nada. La experiencia ha sido dura, pero a su vez estoy muy contento, tampoco he tenido demasiadas dificultades.

¿Es más difícil nadar por un canal que en un río o en el mar?

Es diferente. Aquí no hay sal ni olas, y corriente a favor, muy poquita, por no decir nada. Le tienes que dar de narices, si no, no avanzas. En el mar hay corrientes que puedes tener en contra pero también a favor. También hay mucha flotabilidad: aquí había momentos en los que estaba pegando el suelo. Es un canal, por lo que se regula el agua, pero cuanta menos agua hay, menos flotas. Estuve nadando mucho rato con sólo un metro o metro y medio de agua.

¿Por qué eligió este canal?

El concejal de Deportes del Ayuntamiento de Tolosa, Óscar Renedo, es mi amigo y es palentino, me había hablado muy bien del canal y también ha estado allí estos días con nosotros. Luego investigué un poco sobre el recorrido. Y estoy enamorado del canal, ha sido precioso, muy bonito.

Esta vez el objetivo de la aventura era lograr nuevos socios para la Fundación Josep Carreras. ¿Lo ha logrado?

El domingo estuvo gente de la fundación en Valladolid y les pedimos una valoración. Decían que todavía iban a dar un margen de tiempo para que llame más gente, pero estaban contentos por la difusión que había tenido la travesía, su valoración era positiva.

¿Dónde será la próxima aventura?

De momento sé que, como todos los años, haremos la bajada del Sella (Asturias), en noviembre. Antes que eso no creo que haga nada, todavía tengo las heridas y el cansancio de esta travesía. Ahora lo importante es descansar unos días. Aunque en el Sella estaré seguro, ya será el noveno año.

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