La alta salinidad de las aguas pusieron en peligro la salud del nadador tolosarra que ya se recupera de sus heridas.
El calor extremo, la excesiva flotabilidad, la temperatura del agua cercana a los 35º C y la elevada salinidad de las aguas del Mar Muerto, han supuesto todo un reto para el nadador tolosarra Carlos Peña, en su última experiencia única en el mundo. El aventurero ha tenido siempre muy presente la defensa del medio ambiente y de la paz en sus actividades y ha vinculado sus proezas a causas que iban más allá del puro plano deportivo. En esta ocasión, ha realizado la hazaña de cruzar a nado el complicado Mar Murto, situado entre Jordania, Israel y Palestina. A pesar de los cuidados, las condiciones de este mar, que no permiten que exista vida en sus aguas han causado graves lesiones en la piel del nadador.
.- En primer lugar, ¿qué tal se encuentra tras la aventura?
Aún tengo algunas secuelas, como las heridas que no acaban de curarse en los hombros, brazos, rodillas…., pero lo peor ha pasado
.- Sus aventuras siempre implican una defensa por el medio, ¿cuál es la situación del Mar Muerto?
El Mar Muerto pertenece a la Red Internacional de Living-Lakes, para la protección de lagos y humedales. El problema es que este mar se está secando. De hecho, ya tiene una hendidura de tierra que lo divide. Cada año pierde medio metro de agua y esto provoca la aparición de un gran acantilado, que antes estaba ocupado por agua. Además, se trata de una zona semidesértica, donde apenas llueve, y las ciudades cercanas, por necesidad, extraen el agua del río Jordan, y de otros afluentes, que ya no llegan al mar.
Mi propósito ha sido llamar la atención sobre el peligro que corre el Mar Muerto
.- ¿En qué ha consistido exactamente la aventura?
He nadado el Mar Muerto de Norte a Sur, a lo largo de 55 kilómetros por la costa Jordana, en compañía de la piragüista Yolanda Mintegui, y en algunos tramos de la Armada Jordana. A lo largo de los cinco días que ha durado la aventura, las condiciones ha sido extremas y la salud de mi piel se resentía más cada día.
.- Debido a la alta salinidad, ¿ha sido su aventura más arriesgada?
Otras veces he nadado contra corrientes, contra las olas o contra el frío, pero la sal ha hecho, sin duda, que esta travesía haya sido la más dolorosa y arriesgada. El Mar Muerto tiene diez veces más concentración de sal que cualquier océano, además de otros componentes que llegan a ser tóxicos. Los dos primeros días me fueron saliendo erupciones cutáneas, pero después se convirtieron en heridas en carne viva. A pesar de que me protegía con vaselina todo el cuerpo, el contacto con la sal fue espantoso, porque me quemaba las heridas. El último día, cuando vimos a lo lejos el final de la travesía, me dio fuerzas para continuar y finalizar correctamente.
.- ¿Qué otras precauciones ha tomado?
Antes de iniciar al viaje, consulté con un catedrático de Química para conocer los daños que me podía causar el agua. Me dijo que tuviese especial cuidado con los ojos, boca y nariz, así como con la piel porque el agua resulta muy corrosiva. Los Jordanos me decían que una persona no podía permanecer más de 3 horas en el agua y que si daba un trago, me deberían llevar al hospital de urgencia. Ante esta situación, comencé a idear una máscara hermética para la cara de la que saliese un pequeño tubo para respirar y por dónde alimentarme. Le puse un cristal protector para el sol, y en vez de utilizar un traje de neopreno como acostumbro, utilicé uno de licra para evitar la flotabilidad añadida y cubrirme del sol. Pero el contacto con la sal era inevitable.
.- Según cuenta, los trámites administrativos fueron muy pesados….
Al ser zona militarizada y tremendamente vigilada, los trámites fueron una pesadilla. El Ayuntamiento de Tolosa escribió una carta para la Embajada Jordana. Allí nos pusimos en contacto con el jefe de Seguridad del Valle del Jordan y con el Ministerio de Agua e Irrigación. Y después conseguimos el permiso gracias a la Embajada Española en Aman, que por cierto, me comentaron que estaban tramitando un reciente fallecimiento de un burgalés en el Mar Muerto. Toda una motivación para empezar…
"ME HE SENTIDO COMO EL PRIMERO EN SUBIR A EVEREST"
Carlos Peña recordará esta aventura como una de las más arriesgadas y también como una de las más satisfactorias
.- ¿Con qué se queda de su experiencia en el Mar Muerto?
Lo mejor ha sido que tras finalizar, me ha sentido como el primero en subir al Everest, porque nadie lo había hecho anteriormente. No tenía referencias. Yo me la jugué, yo escogí la ruta, yo elegí la vestimenta y la máscara. Me encontré con muchos problemas, pero también por ello ha sido una gran aventura.
.- ¿Y qué aspecto destacaría como lo peor de la travesía?
Ha sido como nadar sobre la arena ardiente del desierto, pero aún fue peor el picor y el escozor intenso. Me suministraron medicamentos para paliar el dolor. Pero entiendo, que forma parte de este tipo de aventuras.
.- Cuáles son su planes inmediatos?
Como acostumbro por estas fechas, nadaré el Sella por octava vez y posiblemente participaré en la Semana de la Solidaridad de la EITB, nadando durante 24 horas la ría de Bilbao.
.- ¿Y para la próxima temporada?
Me gustaría atravesar el lago más alto del mundo, en el Tibet. También el lago Tobar, que es el más grande de Indonesia. Por otra parte, no descarto nadar por el río Támesis, por ser tan emblemático. Y a raíz de esta última aventura en Jordania, me han propuesto nadar la costa libanesa por la paz en la zona.
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