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DESCENDER A NADO LOS RÍOS ORENSANOS,
UNA FÓRMULA ALTERNATIVA PARA PASAR LAS VACACIONES

Noticia del 08/08/1991 - LA VOZ DE GALICIA

Las vacaciones de verano son una buena época para pensar en lo inusual y poner en marcha aquellas aventuras que uno gesta a lo largo del año. Un grupo de jóvenes de la Cruz Roja de Tolosa se empeñaron en pasar mas de un mes de vacaciones realizando una prueba nada corriente: nadar los cuatrocientos kilómetros de cauce que suma el río Miño y el Sil. Carlos e Iñaki Pela son dos hermanos quipuzcuanos con laguna experiencia en este sentido. Estos días comienzan la etapa más difícil, recorrer las gargantas del Sil, nadando a espalda, lo que supondrá permanecer en el agua durante unas diez horas de forma ininterrumpida.

Los dos nadadores cuentan como único apoyo en el río con una piragua que maneja Agustín Etxarte y al lado irán Mirem Tolosa y María del Carmen Tapia, que pese a desconocer el terreno, intentarán seguir por carretera en cauce del río, algo nada fácil. Aunque muchos les tildan de “locos”, la satisfacción personal supera la tensión acumulada durante horas en medio del río, el nerviosismo y la preocupación, cuando unos se pierden de los demás, o los nadadores han de estar completamente solos y no es posible el apoyo. Por si eso no fuera poco el grupo va filmando las anécdotas, y la prueba en sí, con dos cámaras de video, además de tirar carretes y carretes de fotos.

Esta maratoniana aventura la comenzaron en Cueto el pasado día uno de agosto y el diecisiete tienen prevista la llegada a La Guardia. Para Iñaki Y Carlos Peña, “una vez pasadas las gargantas del Sil y llegando al Miño, todo será coser y cantar”. El recorrido, que ya efectuaron otro año, les resultará más conocido. No cuentas con más patrocinadores que la ayuda incondicional prestada por los comerciantes de Tolosa y los ánimos de sus compañeros de la Cruz Roja, que acudirán el 17 a La Guardia para recibirlos con todos los honores que se merecen. En grupo destacó la ayuda proporcionada en muchos momentos de apuro por pescadores y por los vecinos de los pueblos por los que pasan.

Los problemas más duros con los que se enfrenta son los rápidos, los peces muertos que tuvieron que sortear a su paso por O Barco, el sol y el frío. Pero sus ánimos no decaen porque en su mente está conocer los ríos de España a nado.

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